En esta nueva jornada de la asociación pudimos aprovechar un cupón de oferta para probar el cocido madrileño del restaurante Bula.
Este local se encuentra en la calle Sáncho Dávila, bastante cercana a Las Ventas, y, para ser sinceros, no habíamos oído hablar de él ni de su cocido. La capital nos sigue sorprendiendo con nuevos locales que quieren dedicar algún esfuerzo en seguir fomentando este tipo de platos.
El cocido lo sirven en tres vuelcos, cosa sorprendente al tratarse de un no habitual en los círculos.
En la presentación del cocido domina el barro. Y en olla de barro se sirve la sopa.
Además de ofrecerse a servir la sopa, la camarera nos dejó la olla para que nos pudiéramos servir al gusto.
La sopa, de caldo con consistencia grasa media, llevaba también fideos medios. Esa falta de grasa hacía un conjunto pasable pero no destacable en sabor. Notar que la vajilla y la cubertería eran modernas y vistosas pero no tan funcionales. No hay que olvidar este último aspecto que también es importante.
Como acompañamiento una picantes guindillas.
Para el segundo vuelco se presenta una gran bandeja con los garbanzos, la zanahoria, la patata y el repollo.
Del conjunto lo más destacable es sin duda el repollo, una de las mejores verduras que hemos podido probar. Muy conseguidos tanto la cocción como el rehogado.
Los garbanzos eran castellanos y con la cocción correcta, si bien adolecían del sabor que proporciona esa grasa tan denostada últimamente.
De esas sopas vienen estos garbanzos.
El tercer vuelco venía también en bandeja de barro y contenía el resto de viandas. Morcillo, morcilla, chorizo, relleno, pollo, tocino, …
Sin duda lo mejor del conjunto es el relleno o la bola. Muy original y sobre todo muy jugosa, además de sabrosísima. Posiblemente podríamos decir que es la mejor que nos hemos encontrado, aunque sobre gustos los colores. El resto del conjunto no sobresale en igual medida siguiendo en la media algo desgrasada del conjunto.
El tocino estaba bien de sabor pero algo duro, falto de cocción. El chorizo no parecía de la calidad suficiente como para dar una buena aportación.
Tenemos la impresión de que al cocido le faltó un poco de tiempo de cocción para que los sabores se fueran consolidando en los ingredientes.
De cualquier forma, si tenemos en cuenta que el cocido nos costó 18€ por persona y que ello incluía vino y postre podemos decir que el cocido de Bula es una buena opción para probar un fin de semana. Además el servicio siempre ha sido muy atento.
Aunque, por supuesto, está lejos de las vacas sagradas del género.
Nota final: medio